Definición coloquial La psicomotricidad es una disciplina que estudia al individuo de una manera global; es decir, abarcando lo físico, psíquico, social y cognitivo.
Desde un punto de vista educativo, las actividades específicas para potenciar el desarrollo psicomotor permiten a los niños experimentar y expresarse a través de su cuerpo, favoreciendo el desarrollo motriz, capacidad de expresión, movilidad, creatividad y madurez emocional.
En casa, los padres podemos acompañar a nuestros hijos realizando diversas actividades psicomotrices, teniendo en cuenta que deben realizase en un entorno cómodo y seguro, dónde el niño pueda ser el mismo, experimentar, conocer sus limitaciones e ir aumentando en autonomía.
Debemos saber que cuando nuestro hijo juega con una raqueta, balón,.etc , parece que sólo está trabajando a nivel motriz; pero si nos paramos a analizar la situación, observaremos que está trabajando la coordinación ojo-mano 👀✋🏼 Dicha coordinación se considera un pilar fundamental para un aprendizaje básico para el ser humano: la lecto-escritura.

3 Técnicas para estimular la psicomotridad
- Psicomotricidad educativa: Dirigida a niños entre 1 y 6 años.
- Psicomotricidad reeducativa: Dirigida a niños mayores de 3 años, que presenten dificultades motrices, autonomía, hiperactividad…
- Psicomotricidad terapéutica: Dirigido a niños y adultos con necesidades especiales e individualizadas.
Definición académica
Una definición consensuada en el primer Congreso Europeo de
Psicomotricistas en Alemania (1996) ha llegado a la siguiente formulación:
«Basado en una visión global de la persona, el término «psicomotricidad»
integra las interacciones cognitivas, emocionales, simbólicas y
sensoriomotrices en la capacidad de ser y de expresarse en un contexto
psicosocial. La psicomotricidad, así definida, desempeña un papel fundamental en el desarrollo armónico de la personalidad. Partiendo de esta concepción se desarrollan distintas formas de intervención psicomotriz que encuentran su aplicación, cualquiera que sea la edad, en los ámbitos preventivo, educativo, reeducativo y terapéutico. Estas prácticas psicomotrices han de conducir a la formación, a la titulación y al perfeccionamiento profesionales y constituir cada vez más el objeto de investigaciones científicas.»
